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In Memoriam. Prof. José Luis Balibrea Cantero

 

IN MEMORIAM


Prof. José Luis Balibrea Cantero

 

El pasado 23 de octubre falleció el Prof. José Luis Balibrea, persona de importancia clave en la estructura y en la realidad actual de la Asociación Española de Cirujanos. Una síntesis de su biografía podría concluir con el calificativo de brillante, en todos los órdenes: profesional, científico, docente, gestor, cultural y humano. Dotado de excepcionales cualidades intelectuales, reforzadas por una disciplinada voluntad, fué merecedor de los más altos reconocimientos, distinciones y honores en todas  las instituciones, organismos y sociedades científicas de las que formó parte, colaborando con una eficacia indiscutible.

En la Cátedra de Cirugía de las Facultades de Medicina de las Universidades Autónoma de Barcelona y Complutense de Madrid, desarrolló con excelencia sus deberes vocacionales docentes, asistenciales, científicos y de autoridad académica. Su sólida formación, adquirida en centros nacionales, del País de Gales, Inglaterra y EE.UU., su manera de ser y de actuar, la calidad de su palabra hablada y escrita, conformaron la figura del maestro que pronto creó escuela.

En la extensa bibliografía de su currículum, se ocupa de aspectos diversos de la Cirugía: Doctrinales, organizativos, profesionales, docentes, y de variadas líneas de investigación que, principalmente, se relacionan con los “fundamentos biológicos” de nuestra disciplina y que tanto han contribuido a su progreso.

El Prof. Balibrea ha sido un brillante docente y un universitario ejemplar, comprometido con su tiempo y con sus numerosos discípulos y alumnos, quienes, en repetidas ocasiones, le han manifestado y reconocido su magna labor en la enseñanza del aprendizaje, propia de un inolvidable maestro.

Al escribir, como miembros de la AEC y colaboradores de su trabajo, es obligado referirnos a aquellos aspectos personales del querido amigo, que, a lo largo de casi dos cuartos de siglo de convivencia (el último del XX y el primero del XXI), se han puesto de manifiesto como valores inapreciables de un hombre excepcional.

Dicho período, ha sido de especial significación para nuestra Asociación, pues los avances científico-técnicos, los cambios socioeconómicos, las nuevas corrientes de lo que se ha denominado “cultura de encrucijada”, han precisado adaptaciones y replanteamientos poco previsibles. En esta difícil travesía ha sido capital la participación del Prof. Balibrea por su generosa e inteligente dedicación. Él fué el inspirador y el iniciador de los cambios estructurales de la AEC. Esta gran obra que ha sido resultado de la colaboración de muchos entre los que están los componentes de las nuevas generaciones.

No hace mucho, recordábamos los viejos tiempos en los que únicamente disponíamos de sedes itinerantes en donde reunirnos; y cuando el comité de redacción de la revista trabajaba en el hall de la estación de Chamartín…

Desde entonces, han sucedido muchos acontecimientos: dificultades de muy diversa índole y éxitos, a veces tan extraordinarios, que hicieron caer en un exceso de entusiasmo perturbador de los principios y normas de la AEC. En esta “crisis de crecimiento” hubo que reconducir los proyectos con complicadas gestiones que en algunas ocasiones terminaron en desagradables procesos judiciales. Aquí, una vez más, en primera línea, estuvo “El Profe” (con este término se le conocía entre los cirujanos más jóvenes).

Con su buen hacer, concitó voluntades, persuadió mediante la razón ,las ideas y los conceptos sosegadamente elaborados. Reflexionó, compartiendo inquietudes e incertidumbres y, casi de forma imperceptible, surgieron los acuerdos y la ilusionante tarea de un futuro mejor para nuestra profesión. Y todo ello, facilitado por su auctoritas, ese intangible emanado de la calidad intelectual, de la sencilla elegancia, de la exigente categoría humana y de la convincente fuerza de la razón.

La claridad de sus exposiciones respondía a una esmerada elaboración de las ideas y de los conceptos, que trasladaba a las reuniones plasmados en su diminuta caligrafía. El cumplimiento riguroso de los órdenes del día, el ritmo de las discusiones, la corrección de las formas, eran compatibles con comentarios y anécdotas a las que oportunamente recurría, y que procedían de sus amplios conocimientos culturales. Música (ópera y zarzuela…), historia, literatura, arte, etc. fueron los referentes.

Como una muestra más de su inteligencia, sorprendía a los asistentes con perspicaces visiones de futuro en las que advertía la necesaria prudencia con lo nuevo y la obligada constatación científica en aras de la eficiencia y, sobre todo, de la seguridad del paciente. A este respecto, conviene recordar la conmoción que despertó en la AEC el advenimiento de la cirugía mínimamente invasiva en todas sus modalidades. Se enfrentaban las corrientes del adanismo, defendiendo vehementemente lo nuevo con olvido de lo antiguo, y del neoludismo que mantenía los viejos modos con inamovible postura. Complicados momentos para nuestra Asociación, con movimientos inquietantes de escisiones y de posturas aislacionistas. Una vez más, y a través de pacientes gestiones e interminables reuniones, el Prof. Balibrea contribuyó decisivamente, con auténtico liderazgo, a la normalización y concordia de las posturas.

Prodigalidad, es la palabra adecuada para expresar la profusión y la abundancia que derrochaba con lo más valioso de las relaciones humanas: Los sentimientos de amistad y afecto, el compañerismo, la comprensión, la generosidad… la simpatía y el admirable y elegante sentido del humor. Todo ello, propio de los grandes hombres y de las almas nobles.

La AEC está orgullosa de su figura y de su obra. Ambas, en expresiva metáfora, forman ya un imprescindible “sillar de su historia”.Honor y gloria, en fín, para el inolvidable amigo José Luis Balibrea, quien supo responder a las exigencias de nuestra profesión, con máxima entrega y honesto cumplimiento de la leyenda de nuestro escudo: “OMNIBUS PER ARTEM FIDEMQUE PRODESSE”. Es decir, beneficiar a todos por el arte y por la fe.


Descanse en paz.


Alberto Gómez Alonso
Joaquín Potel Lesquereux

Expresidentes de la AEC

 

IN MEMORIAM

 

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